23.10.11

Domingo: el tren de los refugiados

La mañana te encontró arruinado
te despertó borracho, y vos no la querés ver.
La silueta de aquella sirena
se metió en tu pesadilla, y casi morís de sed.

Hoy la luz entró por tu ventana
y vos no le diste plata: nunca aprendiste a coimear.
Esa luz se irá hacia otra ventana
donde le abran la persiana, y la dejen descansar de pie.

El tiempo es hoy: ¿qué haces chabón que no te despertás?
El tiempo es hoy: ¿qué haces chabón?, no duermas más.

Mañana será un nuevo día
ponete las pilas si querés arrancar de una buena vez.
Mañana dibuja tu risa
estampate la estampita que dice "a Dios yo no lo encontré".

Buscate tus propias respuestas
no caigas en la presa de los animales del poder.
Inventate tu propia historieta
sé el protagonista, de última te morirás de pie.

Y si ves que nada mejora
ya es hora de escapar.
Los domingos en esa estación
pasa el tren de los refugiados, tomátelo.

Y así podrás escapar
y así podrás olvidar para volver a escapar.

Y así podrás escapar, y así podrás soñar
y así podrás llorar para volver a soñar para volver a llorar.

12.10.11

Muchacha

Muchacha, zamba tu bailas de madrugada
bajo la eterna luna enamorada, sobre la madre tierra, no callas.

Quizás, Muchacha, tu edad permita entender los días de hoy
festejos contrafestejos pintan tu cara,
Muchacha, tus ojos marrón suelo,
tu mirada clara como tu piel.

Serás, sin duda, reina del próximo reinado.
Sin más trono que tu pueblo aclamado.
Cuidándote. Queriéndote.
Brindándote aquella luz que supiste tener,
aquella que te han robado y cambiado
por sucios y deplorables espejos
de antiguos y desteñidos colores.

Muchacha, tus hijos hoy te nombran,
pero no te celebran.

Creímos que iba a ser al tercer día,
pero han pasado más de 500 años.

Tus hijos aún esperan que resucites.

Muchacha, lloran nuestros ojos por ti.

18.7.11

cero dos, cero once.

JUNTO A COCA VIDAL, VELÓDROMO MUNICIPAL. MONTEVIDEO, URUGUAY. 27/02/2011

Febrero, año 2011.

La retirada hacia el paisito daba sus primeros pasos. Con el mismo lindo viento de siempre, el cielo Montevideano se encontraba pintado de estrellas.

El Carnaval moviliza gente de distintas generaciones. En cada tablado se veían niños de la mano de sus abuelos. Se veían futuras madres. También adolescentes viviendo la picardía del ritual más largo del mundo.

Cuarenta noches duraría la fiesta. El Dios Momo había regresado, una vez más.

Y con él, regresaba mi primer amor de Carnaval: Falta y Resto. La Falta volvía a concursar en el Carnaval Uruguayo.

Podría recordar cada noche. Con una asistencia perfecta, recorrí distintos barrios, desde el centro y su Velódromo Municipal, hasta barrios más lejanos como Colón y su tablado Monte de la Francesa.

Cada tablado tenía su magia. Y como toda magia: distintas atracciones.

Lo que sí compartían los distintos barrios, eran algunas frases que se escuchaban de las bocas del público carnavalero, como por ejemplo “vuelve La Falta”.

“Parte en pedazos la noche un coro murguero, es la voz de Febrero, tiempo de carnaval. Vuelve a los brazos de Momo su amor predilecto, aquí está Falta y Resto”, nos decía la presentación de La Falta en el pasado 2001.

Describir lo que es el Carnaval Uruguayo es algo inexplicable, uno debería estar ahí para sentir tal energía. Es como una llovizna en verano. Un viento fresco de primavera. Una estrella gigante.

La ciudad que lo protege, Montevideo, es sencillamente un conjunto de calles hermosas situadas, todas, en una costa hermosa. Frente a un rio calmo, un sol inigualable, y una luna caprichosamente enamorada del Carnaval.

Más de treinta noches, cada noche, estuve en algún tablado presenciando distintos espectáculos de las murgas Uruguayas.

Si bien el Carnaval contiene otras agrupaciones carnavalescas, el género que siempre me atrajo fue “Murgas”.

Negros y Lubólos (blancos pintados de negro) también tienen su encanto. Sus tambores adornan el candombe y el milongón.

Pero la Murga, ¿cómo explicarlo?, claramente es otra cosa. Son diecisiete murguistas arriba del escenario. Catorce cantantes y tres percusionistas. Una Murga. Muchos colores. Carnaval.

“Vivencias que uno vive cuando vive, desde adentro, el Carnaval”, frase que escribí hace unos años luego de un Febrero de Carnaval Porteño, integrando la percusión en Murga Plebeyos de Devoto, a quienes admiro y respeto.

Volviendo al tema, rio mediante, nos encuentra Montevideo y su luna.

No recuerdo exactamente qué fecha sucedió, era de noche, situado en la ciudad vieja, cerquita del puerto, aroma a tambor.

En un bar por la calle Sarandí, esquina Buenos Aires, presencie el show de Gerardo El Alemán Dorado, director escénico de Falta y Resto.

Él estaba cantando con su banda; entre el público salude a Coca Vidal, voz candombera si las hay y también integrante de La Falta.

Terminadas las canciones, con mi mayor respeto y humildad me acerqué al Alemán, y le pregunte si era posible acercarme un día al local de ensayo de La Falta para viajar con ellos en su micro y sacar algunas fotografías. Él, me contestó: “claro que sí, todos los días viajan familias con nosotros, cómo no vas a venir vos, botija”. Puntapié inicial para ésta experiencia.

La cita era al día siguiente, por la tarde, en el Club Fénix, barrio Capurro.

Allí me presenté, con la cámara de fotos en mano y el corazón agradecido.

Fueron cuatro noches que viaje en su micro, sacando fotografías e intercambiando culturas, porque por más cerca que esté Buenos Aires de Montevideo, la murga de acá es muy distinta a la de allá. Comparten ideologías, pasiones y la virtuosidad del murguista/murguero, pero el género es distinto, la manera de “hacer murga” es distinta.

Cuatro noches que, con infinitos agradecimientos, pude vivir muy de cerca el flamante regreso de La Falta a los tablados Montevideanos.

Mis eternos agradecimientos hacia Raúl Castro (director responsable de Falta y Resto), a Gerardo Alemán Dorado, Coca Vidal, Malena D’Alessio, Andrés Vázquez, Orlando Mono Da Acosta y Julio Julián (históricos integrantes de La Falta), Javier Carvalho, Ricardo Vieira, Eduardo Arteaga, Gastón Ratón Angiolini, Damián Luzardo, por su humildad e inmensa generosidad, tanto así también los utileros como El Oreja, entre otros.

Fueron cuatro noches inolvidablemente hermosas. A la par de grandes músicos y de admirables personas.

Y fueron más de mil fotos, que a esta altura, fueron lo que menos importó.

Gracias, infinitas gracias a Falta y Resto.

No pediré en cada Febrero por tu regreso, porque nunca, aún ausente, dejarás de estar en el corazón de cada persona enamorada del Carnaval Uruguayo.


19/07/2011. Buenos Aires, Argentina.

9.6.11

Remontar

Remontando sus alas, tomando carrera, el niño abre sus brazos.
Y en su vida de fantasía está convencido: es posible volar.

Es cuestión de abrir las alas, nomás.

1.6.11

La eterna bienvenida

Si, lo vi.
Fue por la tarde, como todas las tardes, frente al mar.
De espaldas a su olvidado paso, mirando el horizonte, perdiéndose perdido entre las grandes oleadas que atacaban las costas de su mirada.
La ola más grande era el 1er minuto de llanto, la pesada lágrima, el dulzor amargo de sus ojos.
Lo vi, a unos metros.
Estaba muerto de pie. No sentía ni al viento.
Sus sentimientos habían volado hacia otros cielos, sus desconciertos habitaban en él, siempre en él.
Acobardado, sin fuerzas para luchar, se dejaba vencer por la soledad, una y otra vez, a un ritmo sin pausas, como un eterno grito.
Lo vi, estafado. Le ofrecieron su destino, y el terco aceptó: era una sal de mar sin espuma. Una roca sin dureza. Un abrazo sin eternidad.
Lo vi, muerto de pie. Pero con el puño derecho apretado señalando al sol.
Y recién ahí, sonreí.

Sabía que era todo un plan, una estrategia.
¿Quién sería capaz de darle el golpe mortal a quien pareciera estar liquidado? Nadie.
Y esa misma fue su idea.
Esperó a que el destino lo vea abandonado. Esperó a que la parca lo vea mortalmente golpeado. A que la suerte lo vea cansado. A que el amor lo vea olvidado. Esperó a que el viento ni lo roce. A que la luz lo deje en la oscuridad.
Esperó a instalar en todo lo que lo rodeaba el pensamiento de que ya era basura y que nada lo iba a hacer volver.
Pero yo lo vi.
Y lo vi cuando apuntó al sol con su puño derecho apretado, enfurecido y calmo.

Cuando todos creyeron en su caída, volvió. Y con una luz inmensamente capaz.
Con su mano golpeó el suelo, quebró las viejas raíces, y con la ayuda del mar, regó esperanzas para cosechar triunfos.

Lo vi, parado frente al mar, despidiéndose y dándonos, por última vez, la eterna bienvenida.

28.5.11

Cajón

Una vela, una foto y un papel
Una sombra y un recuerdo por perder
Mil historias, dos guitarras y un color
Tu sonrisa, pies descalzos y tu voz.

Tres renglones, una esquina sin mirar
7 intentos de querer cruzar el mar
Cuatro lagrimas de algún otoño cruel
Paz, calor, pasión, amor y un tono en Re.

Una rosa de papel
Un poema sin leer
Un retorno a carnaval
Un refugio en tu mirar
Un pueblo por conocer
Una flor por regalar
Una meta por llegar
Un color para mezclar
Un sonido y una voz
Mi camino, mi canción.

Te diría

Si he de cantar
en verdad no podría
Mi voz reposa en tu voz y en tu risa,
Si preguntas porque, te diría:

Te vi, luz nueva, a la orilla del país,
Al borde del mapa, bajo la cruz del sur.
Y fuiste sol en mi cielo,
Razón de canción de carnaval.
Presentación y despedida.
Cuarta fila, primer asiento frente al mar.

Y fui, tras tu perfume, una vez más,
Al canto de origen le di mi esperanza
Y fuiste zamba en mi canción.
Color verano vi en tus ojos,
Amor, ternura y corazón,
Cuento hermoso, princesa eterna bajo el sol.

Seguí, tras de ti, tras tu sombra
En tu esquina fui tu canto libertario,
Fuiste bandera en mi batalla
Luz de luna, luna clara
Noche azul en tu ventana
Y en tu espalda, la inédita luz.

27.4.11

Una mirada. Un encuentro.

Sus brazos al cielo, en busca del anochecer más largo,
sus ojos al recuerdo de otros ojos que la buscan,
la encuentran, y la pierden.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y la atrapan.
Sus alas de papel con su infinito cielo
ante tormentas fomentan la pasión,
y así logran mantener en linea recta su delirio de volar,
buscando las primaveras más floreadas,
y las hermosas noches de luna llena, como siempre cautiva.
Los sueños más esperados
anuncian la partida de nuevas canciones,
escritas sobre olas de mar,
sobre hojas de otoño,
tinta color carnaval.
Su adulta niñez
y su juventud más infantil,
crean nuevos barriletes prontos por remontar,
siempre por la mañana,
cuando el valiente sol toca su ventana,
y le anuncia que todo comienza con luz.
Esa luz, brillante y delirante,
será la ruta de vuelo,
también será el camino más largo,
será prometedor su encanto,
y cada tanto, mostrará los tantos sobre su mesa.
Sus pies sin huellas y sus pasos marcados,
servirán de ayuda.
Sus caminos bloqueados y sus contados atajos,
serán su rica esperanza.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y al fin, de una vez y para siempre, enamoran.

15.4.11

Su función

Él estuvo siempre allí, en su calma.

Nunca dejo de buscar flores por más crueles que eran las heladas.
Jamás dejó de crear primaveras en su ser.

Él caminó algunos caminos estrechos,
cientos de desvíos interrumpieron su ruta,
enormes grietas dejaron ver sus falencias,
pero, aun así, nunca cayo a ningún pozo.

Él se mantuvo siempre de pie,
con las alas abiertas a los cielos de esta tierra.

El miedo no habito en él ni un segundo.

No conoció a la rendición ni al olvido.

No se cruzo nunca con la falsedad ni con la mediocridad.

Él siempre regó su jardín salpicando un poco al pastito del vecino,
la solidaridad lo distinguía,
la amabilidad lo vestía.

Nunca espero nada a cambio.

Nunca busco su reflejo.

Jamás vio a su sombra ni a su luz.

Nunca permitió que las paredes de su corazón sufran humedad, para así, no llorar por amor.

Siempre eligió el juego mas difícil,
sin manual, ni pistas, ni consignas.

Siempre se miraba en el espejo cada mañana,
y cada noche se despedía de sus invisibles y fieles espectadores
milésimas de segundos antes de bajar el telón de su función.

Ya no serán tantos

Gracias a Dios
por darme la oportunidad
de poder mirar alrededor
y razonar
y descubrir
y diferenciar la verdad y la mentira.
Gracias a Dios
por darme el pensamiento
y comprender que tendría que existir un Dios, que juzgue al Dios de hoy,
y en el tribunal, sentado frente a frente,
ya no serán tantos tus dioses,
ni tus santos,
ni tus creyentes.

Corazón

Corazón
tu roja boca
tus ojos miel
tu audaz andar
y tu silueta siempre hermosa,
se arrinconan avergonzadas en los escondites del pudor
al descubrir la simpleza que llevas dentro, corazón.

¿Dónde?

¿Dónde está la voz de los que callaron cuando debían hablar?
¿Dónde están los ojos de quienes gritaron con la sangre al cuello?

Es más fértil la tierra que rodea las tumbas de quienes pelearon,
que aquella tierra inutil que rodea la tumba del inutil represor.

Cuando es buena la semilla
no hay invierno que la mate.

4.4.11

Fulanita

La alegre callecita
que anda por tu barrio
sigue mangueando su esquina
su boliche y su farol.

Mangruyo de ilusiones
chiquilines corazones
atorrante fue el destino
que en mi vida te cruzó.

La curda de mi cuore
la esperanza hecha pedazos
el chamuyo de tu auxilio
que a mi alma le choreó
dos décimas de segundo
de ternura a este otario
que quedó sin un morlaco
y con un disparo al corazón.

Fulanita
mate amargo a la mañana
sos la mina que deschava
a un sufrido corazón.
Fulanita,
cien abriles en tu ombligo
y conmigo solo queda
rantifusa mi canción.
Te regalo este fanguyo
y embalado va mi canto
engrupiste a este santo
y este tango te dejó.

31.3.11

Acuarela

Color de acuarela en tus ojos
mejillas que van pintadas
de besos, de sol y de luna
de amores de madrugada.

Ni de casualidad

Lo siento,
a veces me olvido de cómo seguir,
no encuentro mi mapa
y mis pies no dan más.

Lo siento,
no llevo cargada mi arma el día de hoy.

Con tantos frentes por pelear
y tantos dichos por cantar,
ya no sé lo que es mentira
menos aún lo que es verdad.

Lo siento,
mi tierra me reclama y por ella mi reclamo de libertad.

Siempre volveré en una canción
un día de sol, a luchar por vos.

No llevo escudo el día de hoy.

Menos "adios", resisto cualquier palabra de tu boca.

Me verás siempre
con el sol por las mañanas.

La rebeldía siempre dará su presente
y el temor quedará libre de faltas.

Lo siento,
es mi tierra la que reclama y proclama mi regreso.

No llevo la suerte conmigo: no me gusta la mediocridad.
Viajar en torno al azar
es dejarte en manos de las patas chuecas del destino.

Levántate y anda: la calle te espera.

Lo siento,
no siento a tu Dios por aquí.
Nadie sabe para dónde ir: mirá si voy a confiar en vos.

Lo siento,
no encuentro la respuesta
de la siguiente pregunta: ¿a que no sabés quién pierde en todo esto?.

Sigamos llorando, corazón,
sigamos llorando.
Lo siento: no tengo remedio ni de casualidad.

No olvides

Por sobre todo, nunca olvides.
No te olvides de la fuerza que metimos
De los llantos que derramamos
De los abrazos que dimos
No olvides de las noches en vela
Del griterío y los recuerdos
No olvides la noche
La lluvia
Las sirenas
La desesperación
No olvides las bajas
No olvides las marchas
Nunca olvides la búsqueda de paz
No te olvides que sigue ocurriendo
No creas que algo cambió
No olvides la luz
No olvides esa oscuridad
No olvides los dolores
Los golpes
La lluvia
Las sirenas
La desesperación
Nunca te olvides de lo sucedido
No olvides a tus compañeros
A tus amigos
A tus desconocidos
A los perdidos
A los que se fueron
A los que quedaron
A los que vendrán
No olvides el ritmo
No olvides a los culpables
A los responsables
A los cagones
A los que huyeron
A las víctimas
A los que ayudaron
A los que salieron
A los que entraron
A los que resistieron
Nunca olvides tu pasado

Y nunca olvides que un día
al fin, uno necesita vivir y respirar, de una buena puta vez un poco de aire puro.


Está en uno.

Mírenlos

Mírenlos,
Allá van, como soles de madrugada
Van saliendo siempre al despertar
En busca de las eternas primaveras
Cuelgan guirnaldas por la ciudad.

Mírenlos,
Allá van, limpiando el barro de sus zapatos
Y aunque pierdan el round por nocáut
No despegan su risa del asfalto
No transmiten miedo, sólo paz.

Es cuestión de meterse en su mundo, nomás
Y descubrir lo interesante
Lo cautivante
Y dejarse llevar por los colores
Fascinaciones de un mundo pseudo-real.

Vivencias que uno vive
Cuando vive, desde adentro, el carnaval.

30.3.11

Sé donde esconderme,
y en donde dar a luz a mi presencia.
Se donde está la luna,
la noche,
la estrella a la cual miras antes de dormir.

Se en donde puedo encontrar paz,
sentirme libre,
calmo,
y se donde esta mi infierno,
mi espanto,
mi llanto más profundo.

Se donde escondes tu mapa,
y se donde deje mis huellas.
Se hasta donde logro saltar,
y se por donde no pisar.

Hasta se donde esta Wally.

Y se también
donde se esconde la princesa de mi cuento.
Se pelear al sueño peleado,
y se escuchar al viento.
Se donde están mis pies, los tuyos,
mis manos y las tuyas.
Se donde están mis ojos, los tuyos,
tu mirar y el mío.

Se donde deje mis sueños, buscalos en tu almohada.

Aquí

Aquí no hay duendes
Ni lagos artificiales
Ni castillos ni hadas
No hay fe
Ni ayer
Ni mañana
Poca suerte existe
Casi nada de gloria
Restos de antifaces de aquellos que si pudieron festejar.
Aquí no hay proyectos
Ni esperanzas
Ni ordenes que cumplir ya que ni somos cumplido
No hay cupídos
Ni dioses
No hay diosas
Ni rosas en los jardines.
Aquí no hay agua
Ni de rio
Ni de lagrimas
Ya que no hay llantos ni sonrisas
No hay nada
Ni nada
No hay colores
Ni deseos
Ni estaciones
Mucho menos primaveras
No hay canciones
Ni recreos
No hay campanas
Ni rezos
Ni altares
No hay paredes
Ni reclamos
Ni héroes
Ni campos
Aquí no hay fantasmas
Ni tardes de sol
Ni lluvias de invierno
Ni dolor
Mucho menos amor
Aquí no hay miedo
Ni un dios
Ni un rey
Ni un jefe
Ni trabajadores
No hay corazones
Ni estampidas
No hay estampitas por vender
Ni hambre en las panzas infantiles
No hay recuerdos
Ni bocetos
No hay espuma
Ni pinturas
Ni jolgorio
No hay pájaros
Ni jaulas
No hay trampas
Ni adioses
No hay calma
Ni danzas
Ni fuego
No hay incertidumbre
Ni podredumbre
Ni aljibes
Ni octubres
Mucho menos abriles
No hay prisiones
Ni dolores
No hay futuro
No hay desamparo
Ni refugios
Ni elegidos
Ni frustraciones
No hay olvido
Ni restos de lo que fue porque simplemente nunca algo existió
No hay huellas
Ni muelles
Ni exilios
No hay nada, ni nada habrá
Mas que una luna que brilla siempre.
Ahí protejo mi sueño, aquel de encontrar en la gran estrella, tu mirada tan cautiva.