12.3.06

Nosé que título darle a ésto...

Estás, ahi, te veo sentada. Sos un reflejo de lo de ayer.
Seguis, ahi, como si nada. Como si el viento cortara tus alas.
Estás, ahi, y te levantas y te vas, tan lejos que las miradas te pierden.
Y volves, al mismo lugar, pero tan diferente que hasta el viento te desconoce.
Caminás, corres y pataleás. Y buscás tu lugar entre las nubes que duermen en el suelo.
Y yo que sigo escribiendo, sin pensar en nada, en nada más que en mi.
En mi mundo y en mi civilización.
Esa que lucha, que sangra y se desangra. Esa que grita y canta, pero no calla.
Estás, ahi, te levantás y volas. Tan alto que mi mirada te pierde.
Y volves, bajás, pero tan diferente, que hasta mis ojos te desconocen.
No recuerdo el momento en que te deje ir.
Habrá sido distracción, sin duda. Pero sin aviso, asi de sorpresa.
Fue un abrir y cerrar de ojos.
Y tu ser ya no estaba. El cielo era de otro color. Iba pisando nubes en lugar de tierra.
Las flores quedaban tan debajo mio que sólo alcanzaba a sentir su lejano aroma.
Los colores se transformaban en uno sólo, y se mezclaban, dando más brillo al cielo.
Y queria bajar. Pero se me hacia imposible.
Y queria volver, para tenerte. Pero yo estaba alla arriba, y vos tan abajo, que hasta la lluvia que a mi ni me mojaba, a vos te bañaba en perfume tropical.
Y ya era tan lejana la idea de tocarte, que me hacia invisible para que no me vieras.
Y no veia nada. Ni a vos, ni a él, ni a nadie.
Yo no veia, ni ellos me veian.
Me habia convertido en viento, en aire, en humo.
Y volaba.
Caia y me golpeaba la cabeza.
Y hablaba con los pájaros y bebia de las flores.
Y me levantaba y te abrazaba.
Y me caia y me levantaba, mas de mil veces por minuto.
Y te queria hablar, pero no tenia más cuerdas, ni en mi boca, ni en mi guitarra.
Y se me complicaba demasiado.
Hasta que deje de ser viento, de ser aire, de ser humo.
Para transformarme en futuro. En oportunidad. En próximos amaneceres.
Y sonreí. Y mis lágrimas caian como la lluvia que antes ni me mojaba.
Y mis lágrimas te bañaban. Y vos te dejabas.
Y bailabamos. Y caiamos. Y ya era todo en plural.
Yo y vos. Vos y él. Ella y aquel. Ellos y ellas. Nosotros y ustedes.
Y mis manos se iban cansando de tanto escribir inentendibles textos.
Textos raros, de historias confusas. Textos como éste.
Y el pasado se convirtio en presente.
Y ahora todo sucede. Y esta historia, triste historia, ya es pasado.
Ahora comienza otra.La mejor. La alegre.
Y la escribiré sólo, o acompañado. Ó entre todos.
La lapicera está agonizando. Yo le digo "mi amor, aguanta un rato más".
Y ella accede a mi propuesta y la sangre azul comienza a correr de vuelta por sus arterias de plastico.
Y sigo. Sin destino ni propuestas certeras.
Y voy a seguir. Buscando aquello a lo que llaman casualidad.
Y no te das una idea de como va a sonar mi guitarra cuando la toque al lado tuyo.
Y los tambores, mis tambores. Sonarán y traeran desde África a los dioses de los parches para que dancen junto a vos.
Creando un ambiente tropical, cantaremos. Y reiremos mirando las olas del mar, o la tranquilidad del rio, o el silencio del lago.
Y el aire se transformara en una esfera que nos encerrará en un sólo ambiente.
En un sólo ambiente, de un sólo ambiente. Sin cocina ni comedor, con un solo baño, sin terraza, y sin patio ni patria.
Y festejaremos, luchando y celebrando que algo se puede cambiar si se lucha desde temprano y desde abajo.
Y resistiendo, resistimos. Y resistiendo, resistiremos.
Y resistiendo, resistere a la espera de volver a festejar junto a vos.
Con la mirada fija en el reloj, buscando el horario perfecto y adecuado para pedirte permiso.

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