23.12.09

Y vos, sentada y firme junto a tu sombra...

Y vos, sentada y firme junto a tu sombra,
ves en ella dos corazones,
dos almas en una.

Divididas en partes iguales,
quietas y contentas.

Las ves ahí, enfrentando al mundo.

Llenas de luz, de paz.
Cubiertas de magia.

Siempre bailando bajo la luz de la luna.
Siempre distantes a las miradas del mal.

En los días de Primavera,
podrás ver junto a tu sombra
miles de cuentos sin leer
de las noches de infancia,
miles de historias infinitas
de dulces amores de Verano.

También podrás volar.

Planear las alas es sólo cuestión de fe.

Alzarás tus brazos
en las tardes jubilosas de Febrero,
y te levantarás por los aires.

Junto a tus metas
encontrarás las soluciones
a estos oscuros horizontes,
que siempre,
desde hace tiempo,
te dejan sola,
perdida,
tratando de buscar un nuevo sol,
con más luz,
para poder encontrarte asi,
sentada y firme junto a tu sombra,
y en ella,
al fin,
reconocerte.

22.12.09

Y vos, sentada y firme frente al cielo...

Y vos, sentada y firme frente al cielo,
dudas de la existencia de un Dios,
de un ser superior,
tus creencias estan tan debilitadas como tus miedos a ser,
a volver a creer en vos misma.

Siempre quisiste saber
que hay del otro lado
de los ojos del destino.

Una huella tras otra
indican tu firme camino a la nada:
destinos perdidos,
mapas destrozados,
flechas desviadas,
fueron toda la ayuda
que pudiste conseguir en tu lucha.

Esa lucha que encaraste sin más
que tu alma al desnudo,
sin más que la coraza de tu corazón.

Sus latidos siempre sonaron bien fuerte,
bien convencidos de seguir.
Hasta aquel día en que, sin saber porque,
la resignación golpeó en tu cabeza,
y sin miedo a enfrentarlo,
le abriste la puerta.

Hasta ahí llegó tu lucha,
tu resistencia.

Desnuda frente a el,
dejaste caer tus brazos,
tus abrazos y tus restos de amor.

Esperando el golpe mortal, despertaste.
Lo miraste firme a sus ojos.
Le hablaste con la mirada.

Con tus lagrimas triunfaste.

Y asi estas, sin saber como llegaste,
sentada y firme frente al cielo,
esperando la gran tormenta,
para poder asi, alguna tarde de Invierno,
con la ayuda de los frios vientos del sur,
volver a los brazos que alguna vez te recordaron,
te recuerdan, y por siempre te recordarán.

21.12.09

Sentada y firme sobre tus sueños...

Y vos, sentada y firme sobre tus sueños,
sentís de fondo esa música divina
que a cada uno enamora.
Sentís también al viento cantando las canciones
que todos lograron olvidar.
Los pájaros sobrevuelan sobre tus encantos,
sobre tus verdades,
tu mirada cautivante y tu perfume a mar.

A veces, lográs tener en tu memoria,
sólo por un instante fugaz,
eternos momentos de felicidad,
recuerdos de amores por los que ya no llorás,
sueños ajenos y mentiras propias,
juramentos de risas,
todo dentro de tu memoria,
en tan sólo un instante.

Esa luz, la que te hizo ver tantas cosas,
ya no ilumina más.
Ya no se ve tu sombra.
Ya no irradías aquella luz con la que
todos te conocieron
un triste día de primavera.

La música, lentamente, muere.
La luna comenzó a esconderse.
Y un nuevo sol, pronto a salir,
pudo ser aquel fiel testigo de todo:

vió ese instante,
esos sueños,
las canciones
esos amores,
dolores,
esos abrazos,
rezos,
pasos y manos,
aires y rios,
cielos,
revoluciones,
libertades,
mártires,
llantos y muertes,
planes,
escapes a la nada,
enseñanzas y promesas,
olvidos,
recuerdos,
besos y patadas,
miradas,
caricias,
despedidas,
noches,
regresos y gestos,
rutinas,
coincidencias,
locuras y más delirios,
y también más de mil sueños
que te encuentran siempre asi,
sentada y firme sobre ellos,
escuchando esa canción,
la misma melodía,
una y otra vez,
una voz decidida a enloquecerte o a liberarte,
esperando a que te acerques y con fe
de una vez y para siempre,
logres cambiar tu mundo
a un mundo mejor,
en el que quizás,
si el viento nos acompaña,
también me encuentres alli.

Apenas fueron dos...

Apenas fueron dos.
Como cicatrices fueron cayendo.
Una tras otra.
En cadena.
En un continuo momento.
Apenas fueron dos, recuerdo.
Dos mundos frente a mi.

Dos espejos en donde poder verme una vez más.

Recuerdo, siempre lo recuerdo.
Y no creo olvidarme algún día.

Fueron dos,
pero podrían haber sido más.

Dos lágrimas en una mejilla,
dicen mucho más que mil palabras.

17.12.09

Sentada y firme frente al abismo

Y vos, sentada y firme frente al abismo,
sólo ves cielo y un inmenzo horizonte por descubrir.

Casi sin fuerza y con gigantescas ganas de volar,
lográs abrir tus alas.

Buscas la ruta perfecta que te haga llegar a vos misma
para reencontrarte, reconocerte, mirarte para adentro.
Y así, perderte en tus sueños y en tus augurios de felicidad.

No más que eso.

Poder ver un poco más que este cielo que te toca ver hoy,
constantemente anochecido
y que no te deja
desplegar tus delirios
en paz.

El viento entorpece tu paseo,
y vos, como tantas otras veces,
lográs encontrar el perfecto equilibrio
para poder seguir, un poco más.

Sin olvidar un pasado lleno de vientos y tormentas.
Atravesando este presente desbordado de mesquindades.
Y buscando un futuro lleno de primaveras y de amores,
de sueños en libertad y de vuelos lejanos al suelo,
ese suelo que un día fue abismo,
y que hoy,
de una vez y para siempre,
no es más que una inutil frontera
entre lo que se debe hacer,
y lo que no.

Para verte,
sentada y firme frente al abismo,
buscando respuestas en el cielo,
y preguntas en el cuero del corazón.

26.10.09

Sentada y firme frente a un delirio...

Y vos, sentada y firme frente a un delirio,
encontrás un paso más,
una huella que lleva hacia la calma del alma,
hacia la paz,
hacia un lugar tranquilo,
sin armas y sin historias tristes por contar,
sin dolores ni alguna que otra espina
clavando algún que otro corazón.

Bajo una nueva primavera
podrás conocer nuevos destinos,
nuevos ritos,
nuevas huellas por perseguir.

Y así intentar de que la vida
no sea tan fiel a su destino,
y darle una vuelta de rosca más.

Buscar más años,
recuerdos
y momentos
por vivir y por contar.

Para poder así, algún día,
encontrarte feliz buscando huellas,
y recordando todas las veces
que lograste planear tus alas
en busca de nuevos delirios.

29.9.09

Sentada y firme sobre el destino...

Y vos, sentada y firme sobre el destino,
ese que un día, sin saber cómo y porque
con la ayuda de los vientos: te acercó a sus brazos,
a sus abrazos y a sus canciones.

Buscando vida, no más que eso.

Pudiste convencer al resto
de que aún quedan infinidades de besos para dar,
de que las guerras en busca de paz no existen,
de que el amor es inolvidable,
y de que el destino,
ese que pretende que lo sigamos al pie de la letra,
no es más que un escrito,
una fantasía,
un cuento escrito a lápiz,
para así poder algún día,
con la ayuda de los vientos,
sin saber cómo y porque,
cambiar el final de la historia.

Y así, llenar de besos,
abrazos y canciones
a los que aún siguen creyendo
en que vivir es existir,
y que la vida,
solamente,
es una.

16.7.09

Siempre

En mis sueños
siempre
figuran tus ojos.

En mis vuelos
siempre
aterrizo en vos.

En mis cielos
siempre
sos el sol.

En mi campo
lleno de miedos
y fantasmas
y negros horizontes
sos mi espanta-pájaros
cuidándome.

Siempre.

Ojo

Ojo con las estrellas, ellas sienten pena.
Y golpean, son fuertes y cada vez más.

Buscan tu culpa, lo sabés.
Buscan tus ojos que brillan de falsedad.
Y eso también lo sabés.

De ese miedo no salis.
Ni hoy. Ni mañana.

El destino te increpará.
Y vos, sin careta para esconderte: no podrás volar.

No te dejaremos en paz.

Los ojos miran

Los ojos miran
cientos de momentos
que encerrados en un cuento
sólo buscan
festejar.

Vos sabrás

Vos de mi. ¿Qué sabrás?.
Agitando las canciones con tu voz.
Vuelven palmas gastadas de golpear
los tambores (esos que hablan).
¿Vos sabrás?.
Volverás. Con su voz.

Vos de mi. ¿Quien sos vos?.
Creo al viento que chamuya con su voz.
Me convence en ésta historia de un fino papel.

Sin comienzo.
Ni un fin cierto.

Vos sabrás.
A quién buscar.

16.5.09

Pentagrama de tu mirada

Mirá, observa.
Ahi adentro, bien dentro de la caja de mi guitarra, vas a encontrar algo escondido.
Es mi corazón, bailando feliz sobre las lineas del pentagrama de tu mirada.

9.5.09

Sentada y firme bajo la sombra de un árbol

Y vos,
sentada y firme bajo la sombra de un árbol,
descubres poemas en la tierra
y canciones en el aire.

El viento las tararea.
Baila junto a su melodía.
Y la poética tierra, llora de amor.

Nunca sintió algo similar.

Siempre estuvo así,
bajo el árbol,
esperando que alguien la mire
y descubra todo su misterio enterrado.

Con sus raíces firmes al mundo,
nunca trato de escapar ni cambiar de parecer.

Aguardó el momento.

Un instante fugaz.

Un candil que la ilumine y así,
dar a luz a sus escritos,
para que vos hermosa,
sentada y firme bajo la sombra del árbol,
transcribas sus poemas
a besos y abrazos listos para enamorar.

1.5.09

Mario

Mario cuenta historias reales.
No es ficción, yo lo conozco bien.

Siempre te canta la justa, lleva al barrio encima.

Mario es un tipo simple,
lleva con él algunas arrugas que la vida le tejió,
y si: después de tanto andar y de arrugar la frente
en busca de palabras, era de esperar.

Mario camina por la calle con la frente en alto.
Pasos firmes y bien decididos.

Sabe bien que en éste tren mucho no le queda.
La Negra Estación se acerca, y él que ya tiene los pasajes.

Y claro, Mario es asi. Le gusta anticiparse a todo.
No es mentira, yo lo conozco bien.

Sabe que su locomotora de a poco
se va quedando sin carbón.
Pero igualmente y como siempre
Mario agarra ese lápiz que está siempre con él
en el bolsillito de su camisa,

y con sólo un trazo,
escribe un poema.

Mario dirá que ese poema es de otro,
pero bien sabe que no es asi.

Mario es un tipo bien de bien.
Que lleva al barrio encima.

Y que con varias décadas bajo sus pies,
sigue donando su tinta al papel,
para crear belleza pura y viva.

Mario dibuja en el aire,
algún que otro poema.

Él dirá que no son suyos esos trazos,
pero bien sabe que si lo son.

Inspiración

Inspiración: fruta prohibida.
Suaves viajes por una sola carretera.
Interminable. Sin punto de partida.
Sin destino. Ni alguna parada.

Es ella, la inspiración.
La que un día de vientos del Sur,
hace su aparición detrás del aire,
con su timidez a flor de piel,
con su atrevida forma de cantar sus verdades.

Es ella, la inspiración.
La que ha enamorado a mil poetas.
La que no se cansa. La que siempre busca más.
Azules cristales ha entregado a cambio de sus almas,
para poder así quedarse con todo.

Es ella, la inspiración.
La que tanto falta.
La que tanto abunda.

La que un día de Otoño,
con las hojas prontas a caer de su cabeza,
me dejó treparme a sus ramas,
y llegar a su cima:
llena de abrazos y caricias empaquetadas,
listas para su próximo uso.

Es ella, la inspiración.
La que no acepta devolución ni cambio.
La que al momento de conocerla,
rondará eternamente en las venas de uno,
navegando en su débil balsa,
esperando encontrar un puerto.
Un buen puerto.

Una canción es un muy buen puerto
para ella, la inspiración.

Allá vamos. Ella y Yo.

14.4.09

Tantos...

Sí como tantos que,
olvidan el ayer,
no hay forma de,
curar espanto.

Tanto mediocre ves,
colgado de tú piel,
sólo es temor,
miedo al reclamo.

Para enfrentar al sol
y descubrir quién sos
detrás de un rey que te inventaste,
no hay mejor dios que vos
pensando que el dolor
olvida lo inolvidable.

La noche cubre el cielo
y vos que tenés miedo de seguir,
sólo un instante,
te digo que es mejor
perder con más valor
que no intentar,
morir cobarde.

Sí como tantos que,
desechan el ayer,
perdonenme no los entiendo,
¿donde está el lado bueno?
de olvidar el miedo sin luchar,
irresponsable.

Tantas historias falsas
que hay en la balanza
sólo hay una que es la correcta,
hablar por sólo hablar,
quédate en tú lugar,
no hay peor gil,
que el ignorante.

Canción de mi dolor,
canción sin un color,
¿donde está?
lo inmanejable.

Sí el tema vuelve a estar,
cubriendo la ansiedad,
de encontrar a nuestros culpables,
de está triste canción,
de un roto corazón,
que olvido
como escaparse,
de está puta prisión,
de un mundo de traición a nuestra fe,
nuestras verdades.

Que son como un papel
a punto de envolver
la mejor miel,
lo más deseable.

Para tirar a un dios,
con rezos sin perdón,
y un cielo gris,
insoportable.

Sentada y firme bajo la lluvia

Y vos, sentada y firme bajo la lluvia,
logras ver entre las gotas
a un cielo despejado y libre de nubes.

Caminas y le permitís al viento
que vaya un poco más allá.
Que recorra tú cuerpo.
Que desvele tus sueños.
Que festeje tus logros.
Que te acompañe en tus llantos y que,
al buscar un poco de paz en un lugar lejano,
más allá del horizonte,
te encuentres sentada y firme bajo la lluvia,
plenamente feliz
y con mil carcajadas
prontas a parir.

De una vez,
al fin y para siempre,
decidida a volar
sin la cruel necesidad de poseer alas.

Las alas de un ser están allí,
en la escencia de uno.
En el espíritu soñador.
En la calma del alma.

Y en lo mucho que pueda durar
algo tan poco pensado.

1.4.09

Sentada y firme bajo un Eclipse

Y vos, sentada y firme bajo un eclipse,
tratas de esconderte tras la luna y junto al sol.

Ahí detrás,
en donde nacen nuevos héroes
y nuevas doncellas.

Mil jinetes con más de mil historias por contar.
Buscan asilo.
Buscan paz.
Y sólo encuentran sombras,
que no son suyas.

Y vos,
mirando al cielo
queriendo encontrar a tú estrella favorita,
te dejas caer en lo oscuro de la noche.

Para despertar,
al otro día y bajo un nuevo sol,
radiante,
con brillítos en los ojos
y guirnaldas prontas a colgar.

Los jinetes de la noche que siguen su camino.
Van perdidos en busca de un Dios.
Que no los encierre en su santuario.
Que les de verdadera paz e inmensa libertad.

Sólo buscan eso.

Crecer libres
para morir libres.

Y reencarnar en algún pájaro.
Para volar bien alto y posarse,
en una noche de niebla,
junto a vos,
sentados y firmes bajo un eclipse.

Buscando formas en las nubes,
y eternos recuerdos en las estrellas.

31.3.09

Sentada y firme bajo el Sol

Y vos, sentada y firme bajo el sol,
tratas de descubrir en el horizonte,
nuevos cielos.

Sin lluvia y con más primaveras por vivir.

Busca tantas veces como la vida te lo permita.
Intenta siempre, que algún día un nuevo cielo llegara.
Libre de odios y de sangres.
Libre de miedos y rencores.
Lleno de vidas y de añicos de esperanzas.

Lleno de sueños por cumplir,
y amores por amar.

Y vos, sentada y firme bajo el sol,
cierras los ojos para buscar en tus adentros,
un nuevo mundo por descubrir.

Nuevas ideas por imaginar.
Nuevos mares.
Nuevos ríos.
Tanta agua como ese mundo te lo permita.

Para navegar en paz, en contra de la corriente.
Bajo temibles tormentas y desafiando miles de plagas,
mar adentro.

Para verte otra vez,
al abrir los ojos,
como una sirena descansando
sobre una roca mirando al sol.

Sentada y firme bajo la Luna

Y vos, sentada y firme bajo la luna.
En la espera de un mensaje de otros tiempos.
Sólo buscas la salida.
La llave a un destino.
Un desvío.
Un camino hacia la libertad.

Lo frágil de la conciencia te protege de tus actos.
Y vos, sentada y firme bajo la luna,
ya no esperas en paz.

Son más de cien.
Más de tantos por contar.
Se anotaron en la lista de espera y el primer turno
fue para todos ellos.
Juntos.
Sin salida.

A otro mundo sin escala ni despedidas.
Sólo angustia.

Y vos, sentada y firme bajo la luna,
con la fuerza de los vientos,
te pusiste de pie.

Alzaste tú bronca.

Y tú belleza siempre viva
es la esperanza de que un día,
sentada y firme bajo la luna,
logres sonreír.

Otra vez.

10.3.09

Visión



Mil colores dan a luz a la visión de un hombre. Hombre pleno lleno de esperanzas y de sueños, camina con su corazón abierto y su aliento a peleador. Se lo ve siempre caminando así, con las alas abiertas, dispuesto a cumplir sus metas. Ha cruzado más de mil obstáculos. Piedras en el camino. Oscuridad en el horizonte. Vientos en primavera. Tormentas en el corazón. Ha peleado cada una de todas las batallas. Todas las circunstancias peligrosas lo encontraron así, de pie. Con la frente en alto y el puño derecho apretado, buscando la gloria. Sacando fuerzas del alma, espíritu y algún que otro amor. Ha intentado aún sin ningún tipo de armadura. Desnudo. Desnudo frente al mundo. Un mundo hostil que generalmente era el principal enemigo. Desnudo frente a la ley. Pero cubierto de sed de seguir. De conseguir. De crecer y morir libre. Nunca ha bajado los brazos. Nunca lo hará. Y nunca jamás, olvido su raíz. Sus orígenes. La humildad lo mantuvo siempre así, actuó en base a sus principios e ideologías, y nunca tuvo un doble discurso. Siempre fiel a su destino. Destino manejado por el mismo. Destino a veces incierto. Sin rumbo seguro. Sin tierra firme. Con el alma llena de felicidad, logró volar hasta una ventana. Allí, preciosa como siempre, la esperaba su amor. Para volar juntos hacia nuevos horizontes. De una vez y para siempre. Sin mirar atrás. Sólo buscando la forma más simple y hermosa de cruzar, de la mano, la calle que de a su cuna, allí, del otro lado del río. Un día de verano, la muerte lo encontró. Vestida de gala, intento engañarlo. Desde ese día no se sabe más nada de el. Dicen las esquinas del barrio, que al partir, se lo escucho decir: Maldito aquel que quiera embarrar mi campo lleno de sueños. Y bendito el día en que, en contra del viento, pude ver en tus ojos el más lindo paisaje.