Y vos, sentada y firme bajo la luna.
En la espera de un mensaje de otros tiempos.
Sólo buscas la salida.
La llave a un destino.
Un desvío.
Un camino hacia la libertad.
Lo frágil de la conciencia te protege de tus actos.
Y vos, sentada y firme bajo la luna,
ya no esperas en paz.
Son más de cien.
Más de tantos por contar.
Se anotaron en la lista de espera y el primer turno
fue para todos ellos.
Juntos.
Sin salida.
A otro mundo sin escala ni despedidas.
Sólo angustia.
Y vos, sentada y firme bajo la luna,
con la fuerza de los vientos,
te pusiste de pie.
Alzaste tú bronca.
Y tú belleza siempre viva
es la esperanza de que un día,
sentada y firme bajo la luna,
logres sonreír.
Otra vez.
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