27.4.11

Una mirada. Un encuentro.

Sus brazos al cielo, en busca del anochecer más largo,
sus ojos al recuerdo de otros ojos que la buscan,
la encuentran, y la pierden.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y la atrapan.
Sus alas de papel con su infinito cielo
ante tormentas fomentan la pasión,
y así logran mantener en linea recta su delirio de volar,
buscando las primaveras más floreadas,
y las hermosas noches de luna llena, como siempre cautiva.
Los sueños más esperados
anuncian la partida de nuevas canciones,
escritas sobre olas de mar,
sobre hojas de otoño,
tinta color carnaval.
Su adulta niñez
y su juventud más infantil,
crean nuevos barriletes prontos por remontar,
siempre por la mañana,
cuando el valiente sol toca su ventana,
y le anuncia que todo comienza con luz.
Esa luz, brillante y delirante,
será la ruta de vuelo,
también será el camino más largo,
será prometedor su encanto,
y cada tanto, mostrará los tantos sobre su mesa.
Sus pies sin huellas y sus pasos marcados,
servirán de ayuda.
Sus caminos bloqueados y sus contados atajos,
serán su rica esperanza.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y al fin, de una vez y para siempre, enamoran.

15.4.11

Su función

Él estuvo siempre allí, en su calma.

Nunca dejo de buscar flores por más crueles que eran las heladas.
Jamás dejó de crear primaveras en su ser.

Él caminó algunos caminos estrechos,
cientos de desvíos interrumpieron su ruta,
enormes grietas dejaron ver sus falencias,
pero, aun así, nunca cayo a ningún pozo.

Él se mantuvo siempre de pie,
con las alas abiertas a los cielos de esta tierra.

El miedo no habito en él ni un segundo.

No conoció a la rendición ni al olvido.

No se cruzo nunca con la falsedad ni con la mediocridad.

Él siempre regó su jardín salpicando un poco al pastito del vecino,
la solidaridad lo distinguía,
la amabilidad lo vestía.

Nunca espero nada a cambio.

Nunca busco su reflejo.

Jamás vio a su sombra ni a su luz.

Nunca permitió que las paredes de su corazón sufran humedad, para así, no llorar por amor.

Siempre eligió el juego mas difícil,
sin manual, ni pistas, ni consignas.

Siempre se miraba en el espejo cada mañana,
y cada noche se despedía de sus invisibles y fieles espectadores
milésimas de segundos antes de bajar el telón de su función.

Ya no serán tantos

Gracias a Dios
por darme la oportunidad
de poder mirar alrededor
y razonar
y descubrir
y diferenciar la verdad y la mentira.
Gracias a Dios
por darme el pensamiento
y comprender que tendría que existir un Dios, que juzgue al Dios de hoy,
y en el tribunal, sentado frente a frente,
ya no serán tantos tus dioses,
ni tus santos,
ni tus creyentes.

Corazón

Corazón
tu roja boca
tus ojos miel
tu audaz andar
y tu silueta siempre hermosa,
se arrinconan avergonzadas en los escondites del pudor
al descubrir la simpleza que llevas dentro, corazón.

¿Dónde?

¿Dónde está la voz de los que callaron cuando debían hablar?
¿Dónde están los ojos de quienes gritaron con la sangre al cuello?

Es más fértil la tierra que rodea las tumbas de quienes pelearon,
que aquella tierra inutil que rodea la tumba del inutil represor.

Cuando es buena la semilla
no hay invierno que la mate.

4.4.11

Fulanita

La alegre callecita
que anda por tu barrio
sigue mangueando su esquina
su boliche y su farol.

Mangruyo de ilusiones
chiquilines corazones
atorrante fue el destino
que en mi vida te cruzó.

La curda de mi cuore
la esperanza hecha pedazos
el chamuyo de tu auxilio
que a mi alma le choreó
dos décimas de segundo
de ternura a este otario
que quedó sin un morlaco
y con un disparo al corazón.

Fulanita
mate amargo a la mañana
sos la mina que deschava
a un sufrido corazón.
Fulanita,
cien abriles en tu ombligo
y conmigo solo queda
rantifusa mi canción.
Te regalo este fanguyo
y embalado va mi canto
engrupiste a este santo
y este tango te dejó.