27.4.11

Una mirada. Un encuentro.

Sus brazos al cielo, en busca del anochecer más largo,
sus ojos al recuerdo de otros ojos que la buscan,
la encuentran, y la pierden.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y la atrapan.
Sus alas de papel con su infinito cielo
ante tormentas fomentan la pasión,
y así logran mantener en linea recta su delirio de volar,
buscando las primaveras más floreadas,
y las hermosas noches de luna llena, como siempre cautiva.
Los sueños más esperados
anuncian la partida de nuevas canciones,
escritas sobre olas de mar,
sobre hojas de otoño,
tinta color carnaval.
Su adulta niñez
y su juventud más infantil,
crean nuevos barriletes prontos por remontar,
siempre por la mañana,
cuando el valiente sol toca su ventana,
y le anuncia que todo comienza con luz.
Esa luz, brillante y delirante,
será la ruta de vuelo,
también será el camino más largo,
será prometedor su encanto,
y cada tanto, mostrará los tantos sobre su mesa.
Sus pies sin huellas y sus pasos marcados,
servirán de ayuda.
Sus caminos bloqueados y sus contados atajos,
serán su rica esperanza.
Sus labios al sol, en pos del amor más dulce,
su mirada al encuentro de futuros guiños de nuevos ojos que la buscan,
la encuentran, y al fin, de una vez y para siempre, enamoran.

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